¿Qué es el Segundo Consolador?
Como se demuestra a través del simbolismo de la ceremonia del templo, la meta final de cada persona en esta vida es rasgar el velo y entrar en la presencia de Dios. Esta es la experiencia de recibir al Otro Consolador o al Segundo Consolador. En las Escrituras se hace referencia a ella más a menudo como entrar en el reposo del Señor o el reposo del Señor.
- Este evento tiene lugar en la plenitud de la gloria de Cristo, también conocida como la montaña extremadamente alta o como el séptimo cielo en los libros apócrifos de La Ascensión de Isaías y el Libro de Enoc.
La experiencia consiste en ver al Señor Jesucristo cara a cara en la plenitud de su gloria (Moisés 1:1-11; DyC 84:23-24).
Esta experiencia es la promesa de la vida eterna, o ser sellado por el Santo Espíritu de la Promesa (DyC 88:3-4). También se conoce como tener asegurada la vocación y la elección (2 Pedro 1:10). El Segundo Consolador puede considerarse la piedra angular del evangelio de Jesucristo, o la meta final (2 Nefi 31:20; 2 Nefi 32:6; DyC 14:7).
Sin embargo, hay grados superiores de ascensión espiritual que le siguen (DyC 76:51-70).
José Smith dijo:
“…que cuando un hombre obtenga este último Consolador, tendrá el personaje de Jesucristo para que lo atienda o se le aparezca de vez en cuando, e incluso él le manifestará al Padre, y ellos tomarán su morada con él. él, y las visiones de los cielos le serán abiertas y el Señor le enseñará cara a cara, y podrá tener un conocimiento perfecto de los misterios del reino de Dios”. – José Smith Jr. (Discurso, 27 de junio de 1839; Juan 14: 12-27)
No todas las apariciones de Cristo pueden contarse como una experiencia del Segundo Consolador. Hay varios aspectos del Segundo Consolador que deben tenerse en cuenta:
- Uno debe recibir el bautismo de fuego/bautismo del Espíritu Santo antes de recibirlo. En otras palabras, el Primer Consolador precede al Segundo Consolador (DyC 84:19-22).
- Un varón también debe recibir la primera orden del Sacerdocio de Melquisedec y sellarla antes de recibir el Segundo Consolador.
- Uno debe transfigurarse inmediatamente antes de entrar a la presencia de Cristo (Moisés 1:2,9).
- La experiencia tiene lugar en el “séptimo cielo” o “el monte sumamente alto” que es la presencia de Cristo en la plenitud de su gloria (Moisés 1:1; 1 Nefi 11:1; DyC 84:24).
- Si bien este evento es tanto sagrado como íntimo, la persona se sentirá abrumada por el terrible abismo que la separa de la gloria de Cristo y el nivel de su sacrificio (Moisés 1:10; 3 Nefi 11:16-17; nota en 3 Nefi, este no fue una experiencia del Segundo Consolador, sin embargo, la gente todavía estaba abrumada por la gloria y el sacrificio de Cristo a pesar de que se les mostraba un grado menor).
Otros términos que se refieren a esta misma experiencia: el Espíritu de la Verdad (Juan 14:16-17); tener la palabra profética más segura (2 Pedro 1:19; DyC 131:5).